Hay otros factores que regulan al almidón, veamos algunos ejemplos:
Sabemos que el almidón se convierte en mayor o menor medida en glucosas pero en nuestro cuerpo no es lo mismo recibir muchísimas glucosas todas juntas que ir recibiendo esa misma cantidad de a poquito. ¿Por qué? Pues porque cuando entran de a poco el cuerpo fabrica un poquito de insulina con cada poquito que entra, y esa hormona les indica a las células que hay comida, que aprovechen a comer. Así a medida que entran las glucosas al cuerpo se las va utilizando, se gastan para obtener energía para vivir. Pero cuando entran todas juntas el cuerpo fabrica un montón de insulina, causando que las células no sólo coman las glucosas que necesitan sino que aprovechan a guardar las que sobran por si mañana no encuentran comida, o sea que fabrican grasa! Entonces, bajando la velocidad de digestión logramos menor pico de insulina, saciamos el hambre por más tiempo y evitamos la formación de grasa… apliquemos esto al almidón!
- Métodos de cocción: una papa cocida al horno forma costra y se digiere más despacio que un puré de papas que es blando y ya pisado. Y si la cocinamos con cáscara le sumamos un poco de fibra por lo que más tardará en digerirse!
- Métodos de preparación: un licuado de banana hace que las glucosas lleguen más rápido a sangre que una banana entera que irá soltando las glucosas en la medida que la digerimos. Lo mismo con comer naranja o tomar jugo de naranja!
- Combinación de nutrientes: cuando en una misma comida comemos HC, proteínas, grasa y fibra logramos la digestión más lenta de todas: entonces es mejor desayunar con pan integral que blanco por la fibra, o agregar fruta, semillas o frutas secas en la misma comida que el pan para sumar fibra, o poner proteínas con un poco de queso, de huevo, de leche o yogur, o sumar grasa usando lácteos enteros o poniendo palta o frutas secas. En almuerzo lo mismo: juntamos los HC con proteínas, grasas y fibra, y logramos así un efecto más saciador.
Y también depende de cuánto comas, porque por más retrogrado, combinado, con costra, mix de semillas, y trucos que intentemos hacer la realidad es que nuestro cuerpo tiene un gasto de energía que depende de varios factores, y si comemos más de lo necesario el cuerpo va a guardar las glucosas que le sobran en forma de grasa. Por eso un primer plato que tenga pastas y otros alimentos puede que sea exactamente lo que necesita el cuerpo, pero un segundo plato de la misma combinación ya implique un exceso…
PERO (si, acá también hay peros):
¿Todo mundo debe evitar la formación de grasa? ¡No! Para las personas sanas está bueno no generar reservas excesivas, pero en una mujer con demasiada poca grasa se altera hasta la fertilidad y el buen funcionamiento del cuerpo. Entonces: cada cosa a quien lo necesita, no asociemos el “no engordar” con “salud” que son cosas diferentes. Es importante ser conscientes que no existen reglas alimentarias universales, que apliquen a todos, porque ¡ni tomar agua es algo bueno para todas las personas!
Y si bien comer hidratos de más nos hace almacenar grasa y puede no ser bueno para la salud, comer hidratos de menos tampoco lo es. Nos pone en modo ahorro y hace que ante cantidades más bajas de energía ya almacenemos grasa por el miedo a que mañana pasemos hambre: ¡comer demasiado poco no sólo no es sano sino que te hace engordar! ¿Y entonces? la porción justa es de cada persona, que inclusive cambia cuando tenemos estrés, o cambiamos de actividad física, o según las horas que pasamos despiertos… si, ¡dificilísimo! Por eso es importante asesorarte bien acerca de la alimentación específica para vos, y saber que si bien partimos de un cálculo iremos acomodando y buscando el punto que tu cuerpo necesita mientras aprendes sobre alimentos y aprehendes hábitos saludables, construyendo así una sana manera de vivir!
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